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Junto a la pasta y la pizza, el risotto es uno de los platos más famosos de Italia, popular en el mundo entero. Su origen nos traslada a mediados del siglo XVI y al norte del país, donde se comenzó a cocinar este cremoso arroz (riso en italiano).

El risotto se caracteriza por su versatilidad. Existen infinidad de versiones, todas ellas parten de una combinación básica de arroz, grasa, caldo y queso. Se puede preparar con pescado, marisco, carne o, como es el caso de este de queso Gorgonzola y calabaza, con verduras.

La cremosidad y untuosidad del risotto se acentúa incluso más con el añadido de Gorgonzola Dolce, un queso blando de pasta cruda, perteneciente a la familia de los quesos azules, que le va como anillo al dedo. Y no solo porque casa a la perfección con el resto de ingredientes de la receta, sino porque el queso Gorgonzola se produce en el norte de Italia, concretamente en las regiones de Piamonte y Lombardía, también zona de nacimiento del risotto.

Ingredientes

  • 2 l de caldo de verduras, casero y sin sal
  • 500 g de calabaza, pelada y despepitada
  • 1 cebolleta
  • 30 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 15 ml de mantequilla
  • 300 g de arroz para risotto
  • 150 ml de vino blanco seco
  • 100 g queso Gorgonzola
  • 35 g queso Parmesano rallado
  • 75 ml nata líquida
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Cebollino fresco y semillas de calabaza, para decorar

Dificultad

Fácil

Tiempo de elaboración

20 minutos

Tiempo de cocción

16 minutos

Cómo se hace el risotto de queso Gorgonzola y calabaza: paso a paso fácil y rápido

Risotto De Calabaza Y Gorgonzola

Comenzamos por el caldo

Ponemos el caldo de verduras al fuego y lo mantenemos caliente, a fuego bajo, durante todo el proceso.

Preparamos el sofrito

Troceamos la calabaza en dados pequeños. Pelamos y picamos finamente la cebolleta.

Calentamos el aceite y la mantequilla en una cacerola. Agregamos la calabaza y la cebolleta, salpimentamos y pochamos a fuego suave durante cinco minutos o hasta que estén en su punto.

Tostamos el arroz

Añadimos el arroz, sazonamos de nuevo y rehogamos durante un minuto, sin dejar de remover para que cada grano se cubra bien de grasa por todos lados y quede ligeramente tostado.

Cocemos en vino y caldo

A continuación vertemos el vino blanco, subimos el fuego, y dejamos que se evapore el alcohol al tiempo que removemos el arroz.

Una vez que no queden restos de vino, incorporamos el caldo, poco a poco. Vertemos un par de cazos y comenzamos a remover. Cuando el arroz haya absorbido el caldo, añadimos un par de cazos más y seguimos removiendo. Así durante 15-16 minutos o hasta que el arroz esté al dente.

Añadimos los quesos

Entonces, retiramos la cacerola del fuego y añadimos el queso Gorgonzola y el Parmesano rallado. Removemos bien para que los quesos se integren en el conjunto al tiempo que se funden.

Por último, añadimos la nata líquida, removemos hasta incorporar y servimos inmediatamente, decorando cada plato con cebollino fresco picado y semillas de calabaza.

Cinco trucos para hacer un buen risotto

Risotto De Calabaza Y Gorgonzola 4

1. Elegir el arroz adecuado

No todos los arroces valen risotto, los más adecuados son el carnaroli y el arborio. Granos cortos y duros, con capacidad para mantenerse enteros y resistir el movimiento al que se someten durante la cocción, y con gran contenido de almidón.

2. Precisión a la hora de la cocción

La cocción del risotto tiene que ser muy precisa. El tiempo ideal es de 15 a 16 minutos para conseguir una textura untuosa y cremosa, con el grano tierno por fuera y ligeramente firme por dentro, al dente.

3. El caldo: mejor poco a poco

Otro aspecto que debemos tener en cuenta es la incorporación del caldo, que debe hacerse de manera gradual para que el grano tenga tiempo de ir absorbiendo todo su sabor.  Es recomendable tener al lado un cazo con el caldo caliente e ir añadiendo poco a poco cuando el arroz se vea seco.

4. Remover, remover y remover

Remover constantemente durante la cocción es clave a la hora de cocinar risotto. Con ello se consigue que el grano suelte su almidón, lo que se traduce es esa textura cremosa tan característica.

5. Terminar fuera del fuego

Aunque pueda parecer que a los 15-16 minutos de cocción el arroz está duro, el risotto se termina fuera del fuego cociéndose con el calor residual. El tiempo que lleva añadir el queso y la grasa elegida (nata o mantequilla) y remover son suficientes para que adquiera la textura perfecta.

 

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